Al alba salía de la venta de Manjavacas, tan
contento por verse ya armado caballero, regresaba a su saca por el camino
Toledo a Murcia. Don Quijote se encontró con unos mercaderes que iban a comprar
seda a Murcia. Después de una discusión con los mercaderes, un mozo de mulas de
los que allí venían le dio tal paliza en las costillas que lo dejo molido.
Cuando
don Quijote se encontraba en el suelo, molido a palos y sin poderse levantar,
después de la paliza que le dieron los mercaderes.
Sin
aliento decía;
¿Dónde estás señora mía,
Que no te
duele mi mal?
O no lo
sabes señora,
O eres falsa y desleal.
Quiso la
suerte que, cuando llego a este verso, acertó a pasar por allí, un labrador
llamado Pedro Alonso, que era del mismo lugar, vecino suyo,
que venía de llevar una carga de trigo al molino, el cual viendo
aquel hombre allí tendido se llego a él, le limpio la cara y conoció al señor
Quijana, que así se llamaba antes, este se encontraba mal herido, le ayudó a
levantarse y a llegar al anochecer a su casa, al lugar cerca de El Toboso,
donde lo estaban esperando, el ama, su sobrina, el cura y el barbero.
“En el siglo XVI, ya existían, diecinueve
molinos de viento en la sierra de la Mota”. “Son los molinos más vistos de
toda España.”
Este
percance que tuvo Don Quijote con los mercaderes toledanos, sucede en el camino
de Toledo a Murcia, por el término de la Mota, cerca del cruce de Manjavacas.
Cervantes
en su Obra Magna de don Quijote de la Mancha, donde no se quiso acordar del
lugar de don Quijote, si se acordaba de esta zona de Manjavacas, la
conocía bien, porque paso por aquí en varias ocasiones, y tuvo que hacer
algunas noches en la venta.
Siendo
una obra de ficción, Cervantes refleja toda la realidad de la zona, conociendo
todos los caminos por donde caminaron nuestros personajes.
Según
los planos de la Mancha, de 1576, este cruce de camino de Manjavacas, es el que
siempre se ha conocido en estos contornos y es el camino más corto, que viene
desde Toledo, pasando por Tembleque, El Toboso, cruce
de Manjavacas a Murcia a Cartagena, y el otro camino el que viene
desde Valencia, cruce de Manjavacas, a Campo de Criptana, Puerto
Lapice, Malagón a Sevilla, o viceversa.
Siendo
Madrid la capital del Reino, hicieron otro camino, desde Madrid a Cartagena,
este camino se llama, Camino Real Madrid - Cartagena. Comienza en Madrid pasando por el centro de Ocaña, por Corral de Almaguer, Quintanar
de la Orden, Mota del Cuervo, Murcia y Cartagena.
Cervantes dijo en un lugar de la Mancha, de
cuyo nombre no quiero acordarme, pero sí se acordó de Quintanar, Puerto Lapice
y Tembleque. Puerto Lapice y Tembleque, están a 9 ó 10 leguas del lugar cerca de El
Toboso a más de una jornada caminando Rocinante. Quintanar está más cerca
pero también es nombrado por Cervantes.
Juan Haldudo y don Quijote, cuando se vieron
por primera vez en el encinar de Manjavacas, no se conocían por lo tanto no son
del mismo Lugar.
(Puerto Lapice, Tembleque, El Quintanar, son los pueblos de los que si se
acordó Cervantes).
La
primera aventura de don Quijote, que salió desde su casa, lugar cerca
del Toboso, por el antiguo y conocido Campo de Montiel,
caminando por el camino de Toledo a Murcia, dirección Este,
por el término de La Mota, llegando al anochecer a la dehesa, donde había una
venta y una ermita casi en ruinas, la de Manjavacas, donde fue
nombrado caballero don Quijote.
Queda
claro, que el recorrido de su primera aventura, don Quijote y Rocinante, en una
jornada calurosa del mes de Julio, no pudo llegar mucho más lejos, por lo
tanto, no salieron de los términos, de El Toboso, termino de La Mota, la
dehesa, el encinar, la venta, donde fue armado caballero don Quijote, y el
cruce de Manjavacas, por el antiguo y conocido Campo de Montiel.
Perteneciente al Común de la Mancha, de la Orden de los Caballeros de Santiago.
Cuando regresaba de la Venta de Manjavacas,
después de haber sido nombrado caballero, pasando por el encinar, el
cruce de caminos, por término de La Mota, se enfrentó a unos mercaderes, en el
camino de Toledo a Murcia llegando a su casa, al anochecer, acompañado por
un vecino suyo.
Cervantes
conocía bien los caminos de la Mancha, que fueron publicados por Meneses en
Alcalá en el año 1576, Cervantes, tuvo que andar por esta zona del Común de la
mancha, en varias ocasiones, para describirlos con tanta precisión, porque a
pesar de ser una obra de ficción, todavía podemos visitar todos los lugares
mencionados en su Obra de Don Quijote; como la dehesa, el encinar, la venta, la
ermita, el cruce de caminos de Manjavacas que va desde Toledo a Murcia,
Cartagena, o el que viene desde Valencia, cruce de Manjavacas, Campo de
Criptana, Puerto Lapice a Sevilla.
Este cruce de
caminos se conoce todavía como, carril de los valencianos.
Por este
camino pasaron personajes como Santa Teresa de Jesús en el año 1580, que pasó
por el cruce de Manjavacas, cuando fundó el convento de carmelitas de Villanueva
de la Jara. (Cuenca).
El
Cardenal Camilo Borghese, antes de ser Papa, fue elegido Pontificio de España,
reinando Felipe III. En el año 1602, pasó por el cruce de Manjavacas, camino de
Cartagena, para embarcar dirección Italia.
El
Cardenal Camilo Boghese, en el año 1605, fue elegido Papa, con el nombre de
Paulo V.
En el
año 1612, el Papa Paulo V, acordándose de sus pasos por el cruce de Manjavacas, la
venta y la ermita donde estaba la Virgen de la Antigua, concediéndole una
bula Pontificia a nuestra señora la Virgen de la Antigua, que se venera en la
ermita de Manjavacas.
En
el año 1569, Cervantes, tuvo un percance con la justicia y se marchó a Italia,
pasando por la venta y el cruce de Manjavacas, dirección a Cartagena,
para embarcar hacia Italia
Don
Miguel de Cervantes, supo reflejar en su obra magna de don Quijote de la
Mancha, la zona de Manjavacas, debía conocer bien la venta y la ermita que
estaba en ruinas, donde don Quijote fue nombrado caballero, por los detalles
que cuenta, tuvo que pasar por este cruce y por la venta en varias ocasiones y
pernotar alguna noche, (aunque no existe documentación que lo acredite), cuando
era recaudador o también cuando viajó a Cartagena para embarca hacia Italia, en
noviembre o diciembre del año 1569.
A Don
Miguel de Cervantes, El Rey Felipe II, le dio el cargo de comisario real de
abastos, cuya misión era la de requisador de productos agrícolas a los
campesinos, por tierras andaluzas y manchegas. Cervantes estaba en contacto con
el pueblo, que le obligaba a recorrer caminos, alojarse en ventas y tratar con
ricachones de aldeas.
Cuando
Cervantes pasó por esta zona de Manjavacas, solo existía una venta y una ermita
en ruinas, cerca del cruce de caminos donde todos los que pasaban por aquí
tenían que pagar un portazgo.
Para
interpretar bien la obra de Cervantes hay que conocer esta zona, la dehesa, la
venta de Manjavacas, el cruce de caminos, (termino de la Mota), por donde
pasaron los mercaderes, que venían de Toledo a Murcia a comprar seda. Por el
otro camino las mujeres y los arrieros que iban a Sevilla y acertaron hacer noche en la Venta. Pasando por el cruce
de caminos que en cuatro se dividía, (capítulo IV), están cerca de la venta y
la ermita en ruinas de Manjavacas.